No nos vamos, nos echan

Es una iniciativa que denuncia la situación de exilio forzoso de la juventud precaria.

http://www.nonosvamosnosechan.net

Historia de Elena

Soy físico, trabajo en óptica cuántica (estudio de la interacción luz-materia). Hice la carrera, practicamente gratis por buenas notas, y la tesis en la Universidad Autónoma de Madrid, con una beca FPU del estado. Con esto quiero decir que ha sido la gente con sus impuestos la que ha financiado mi formación.

Al acabar, como todos los científicos (de casi cualquier parte del mundo) que quieren seguir dedicándose a la ciencia, me fui fuera del país para conocer otras formas de hacer. Estuve dos años en Inglaterra, con la beca Newton de la Royal Society, y ahora estoy acabando otros dos años en Alemania con una segunda beca de la Fundación Humboldt. Esta fase de movilidad está siendo muy enriquecedora y útil para mí, estoy profundizando en mi campo, desarrollando mis líneas de investigación con gran libertad, creando numerosas colaboraciones internacionales, aprendiendo idiomas (¡ya voy por el quinto!). El problema, y creo que hablo por todos los científicos españoles al menos que conozco, es que no se trata de una fase... Volver a España, y aún peor si se trata de un lugar concreto, se está convirtiendo en una meta imposible para la gran mayoría. Los programas de retorno que han funcionado los últimos años, Ramón y Cajal (5 años de contrato) o Juan de la Cierva (2 años de contrato), son más y más selectivos, escuetos e irregulares (en la última convocatoria se saltaron un año). Además, tristemente, se han convertido en una trampa, muchos científicos que los consiguieron en convocatorias pasadas, se ven ahora obligados a buscar otras opciones fuera porque la estabilidad prometida no se produce. Esto lo vemos todos los días en los periódicos.

La mayoría ni siquiera accede a estos programas raquíticos, quedan exilados, pululando por otros países hasta que muchos optan por establecerse fuera de España. No es que esta sea tarea fácil en otros sitios, realmente vivimos en un sistema ya en sus últimas en cualquier lugar, pero aumentando las opciones al mundo entero, una se acerca a lo posible.

Incluso en el caso en que se opte por cambiar de tercio y dedicarnos a otra cosa (empresa, educación...), esto también es un salto al vacio en España. Somos personas que pasan de los 30 (mucho más si se trata de gente que acaba una Ramón y Cajal), con experiencia solo en ciencia, es decir, una formación abrumadora y un cv impresionante en un campo muy concreto. Encontrar una ocupación alternativa en el panorama de paro asolador que nos rodea sería un milagro. Y un despilfarro absurdo, por parte no solo del presupuesto Español sino también Europeo, de los recursos empleados en nuestra formación y proyectos.

Así que el destino de muchos científicos españoles pinta poco español... No es que no sea estupendo ser internacionales, visitar culturas, hacer amigos en decenas de idiomas, romper las barreras entre naciones. Claro que sí, ojalá todo el mundo pudiera tener esa experiencia si quiere, que nos libere de las patrias pequeñas, como decía Josefina Aldecoa. El problema es la falta de opciones. En mi caso, acabo en unos meses mi contrato en Munich y quiero volver a Madrid, pero por ahora no tengo perspectivas de poder trabajar en España en ciencia o educación. Lo más probable es que me vea forzada a volver a emigrar...

Vemos que esto no solo pasa en ciencia. Si una persona con vocación, ganas, energía, capacidad y experiencia, quiere volver a su entorno, a contribuir al avance de la sociedad haciendo lo que mejor sabe (¡y para lo que se la ayudado a prepararse tantos años!), ¿no es contraproducente y ridículo ponerle la zancadilla? Y ya no hablo del desastre que es una sociedad que no invierte en ciencia y desarrollo, ese es otro tema. Pero hay suficientes argumentos si nos fijamos solo en el caudal humano motivado y preparado que se malgasta y desgasta. Vivimos la prueba de que este sistema de mercado, que trata como mercancía igualmente bienes, personas o conocimiento, está obsoleto y no da más de sí. Ojalá sepamos implementar el cambio necesario, global y profundo, a tiempo. Existen soluciones realistas e infinitamente mejores a lo que tenemos, no hay más que verse alguna película del movimiento Zeitgeist o el Proyecto Venus para comprobarlo, ¡solo tenemos que despertar a la necesidad de cambio! Espero que convocatorias como la del domingo desde la plataforma "No nos vamos, nos echan" nos ayuden en ese despertar.