Nací egoísta, crecí isla,
desbordada de proyectos:
todos míos. Sed de juegos.
Juventud malabarista.
Y fue así que di la vida
a algún que otro deseo,
que nació egoísta, creció isla,
en mi afán de protegerlo.
Observándolas ser niñas,
mi isla sentó archipiélago.
| |
|
El tiempo de Luz pasa tranquilo,
no sabe de mí ni de mis prisas.
Es tiempo de ser, sin miedo a no hacer
lo que sigue en la lista.
El llanto de Luz le exige al mundo
ponerse a sus pies y sin demora,
empujando a la gente importante,
como canto de sirena, hacia el ahora.
El cuerpo de Luz no tiene pérdida,
se recorre en dos besos,
y aunque es blandito y suave,
lleva la urgencia de la vida entre sus huesos.
Las manos de Luz, los ojos de Luz, la risa de Luz…
Las noches de Luz, los gestos de Luz, la fuerza de Luz…
Son un regalo que hago a la vida
o que me ha hecho ella a mí.
Mis años de Luz se irán un día
para ser el principio de su historia.
Ojalá esté a la altura en su memoria...
La historia de Luz…
Más información sobre estas canciones aquí.
Puedes encontrarme en...